Un día vi una convocatoria de la ONG FABRICANTS DE FUTUR , invitando a todo aquel que quisiera participar en la elaboración de un libro colectivo sobre el suicidio. Enseguida me vino a la memoria un texto que escribí hacía tiempo sobre este tema y pensé que sería bueno contribuir con él, pero después de leerlo me dí cuenta de que al escrito le faltaba mucho de lo que yo quería transmitir y comencé a realizar algunas modificaciones y así surgió esta prosa poética que se llama, «Cuando no sientes la vida».
Este poema da la entrada al conjunto de obras gráficas y escritas de distintos autores que componen el libro «EL FRUTO DEL SUICIDIO», que podeís ver integramente en este enlace o adquirir en FRANQUEARTE y colaborando así en la obra social de Fabricants de Futur.
Os comparto la poesía escrita, con el propósito de transmitir la esperanza en el desaliento.
Quiero dar las gracias a Amelia Burke de Fabricanst de Futur, impulsora de este proyecto, que expresa desde el corazón para la esperanza.
CUANDO NO SIENTES LA VIDA
Cuando no sientes la vida y tú Alma es desgarrada por la pena de tus pensamientos.
Cuando no sientes la vida y el mundo se rompe, hundiéndote dentro de él.
Cuando no sientes la vida y el dolor es tan profundo que no puedes SER, que no puedes ESTAR.
Entonces, comienzas a vivir únicamente para desaparecer.
Cuando no sientes la vida y el sufrimiento es lo único que perciben tus sentidos.
Cuando no sientes la vida y el dolor es tan profundo que lo llena todo, impidiéndote recordar quien eres.
Entonces, comienzas a vivir únicamente para desaparecer y te conviertes en un hospedador del sufrimiento, que cual parásito se alimenta de tu mente, de tu cuerpo y de tu alma.
Poco a poco el gusano del sufrimiento va pudriendo el fino hilo que te une a ti mismo y olvidas que hay belleza en la vida, que las flores pueden aliviarte con su fragancia y que todo, todo cambia.
Cuando no sientes la vida y llega un momento en que terminar parece tu única salida, puedes GRITAR, GRITAR, más allá del cuerpo y más allá de tul Universo, porque es posible que seas oído, aquí o en el otro lado. GRITA, GRITA tan fuerte, que tu grito, rasgue la tristeza y abra una brecha hacia la luz.
Cuando no sientas la vida, GRITA, GRITA, tanto como puedas.
Un baño de Esperanza, en tiempos difíciles. Gracias por invitarnos a GRITAR alto, un grito sanador.
Muchas gracias Ana por entender.
Leer tu poema hace que sientas la piel desnuda, la cara desnuda, la mente desnuda, el alma desnuda. Te envuelve una suave brisa que, a pesar de estar vestido, se desliza por todo tú, haciéndote sentir la vida, tu propia vida. Gracias Diana.
Gracias por tu sentir.